La carne es el alimento más laborioso para producir.
Cuando desechamos la carne, los residuos generados son los que más impactan en el medio ambiente, mucho más que el resto de desechos de otros tipos de alimentos. 1/3 de las emisiones producidas por el desperdicio de alimentos puede atribuirse a la carne desperdiciada. 3/4 de la tierra utilizada por el desperdicio de alimentos es utilizada por la carne tirada, aunque en realidad solo representa el 13% del desperdicio de alimentos en su totalidad.
Desaprovechar carne consume muchos recursos, por lo tanto, es importante que ahorre la mayor cantidad posible. Lee estas 9 formas de ahorrar carne para evitar que se conviertan en residuos.
1. Almacénala en el estante inferior de tu frigorífico
La carne y el pescado crudos siempre deben mantenerse en el fondo de su refrigerador para evitar que contaminen el resto de sus alimentos y almacenarlos en condiciones de temperatura ideales, ya que son muy fácilmente perecederos. Mantenlos sellados y libres de fugas. Las soluciones de enfriamiento de Grundig, como FullFresh + 0 ° C, pueden mantener su carne y pescado hasta 3 veces más tiempo, sin que se sequen. La carne y los productos pesqueros deben almacenarse en compartimientos de 0 ° C, si se incluyen en el modelo. Si no, se recomienda el estante inferior debido a que generalmente es el que tendrá las temperaturas más bajas.
2. Congélala
Las carnes rojas se pueden congelar hasta 12 meses si no se van a consumir enseguida. La carne picada también se puede almacenar en el congelador por hasta 6 meses. Asegúrate de que esté bien envuelto y de que no volver a congelar una vez descongelada.
3. Cocínala bien
Asegúrate de que la carne sobrante está bien cocida para que pueda almacenarse fácilmente y que continúe siendo segura para comer. La carne cruda permitirá que las bacterias se propaguen y puede hacer que se estropee rápidamente.
4. Compra en pequeñas cantidades
Aunque ese gran cartel en rojo y amarillo en el supermercado dice “PROMOCIÓN” en letras grandes, no te dejes engañar. Si no necesitas tanta cantidad, no compres tanto, incluso si crees que la vas a consumir. La preparación de tus comidas para la semana podría evitarte la posibilidad de comprar por impulso. Te ahorrará dinero y, además, salvará el medio ambiente.