Es posible hacer que nuestro hogar y cocina sean más sostenibles al hacer compost. Aunque el desperdicio de alimentos puede ser un excelente material de compost, debemos ser inteligentes acerca de lo que constituye como “desperdicio”. A veces desperdiciamos partes comestibles de la comida sin darnos cuenta. Sin embargo, es posible consumir algunos alimentos desde la cáscara hasta las semillas.
Compost es el nombre del fertilizante natural que está hecho de alimentos molidos y acolchados, madera o cualquier residuo a base de flora. Si bien la palabra descomposición puede tener un sonido negativo, cuando se trata de compostaje, la descomposición es cómo los desechos vuelven a la vida. A través de este fertilizante natural, puede enriquecer su suelo ya que facilita la aireación y el cultivo para obtener mejores verduras, frutas o flores.
El compostaje puede sonar complicado. Sin embargo, con algunos trucos, puede ser muy fácil de hacer, y sus plantas se lo agradecerán. Todo lo que se necesita es un poco de jardinería, y el compostaje puede convertirse en una parte natural de su rutina diaria, como sacar la basura. A través del compostaje, puede reutilizar los desechos de su cocina y lograr un estilo de vida más sostenible con un simple movimiento.
En primer lugar, si tienes un jardín, decide dónde deseas instalar el compost. Deja que este sea un área de fácil acceso desde su hogar, donde pueda moverse cómodamente, bajo un poco de sol y sombra. Puedes comenzar con un compost, pero reserva una habitación para varias cajas de compost en caso de que aumente con el tiempo.
No necesariamente necesitas un jardín para hacer compost; También puedes colocarlo en el balcón. Se venden cajas de compost listas para usar, pero hacerlas en casa también es muy fácil. Haz agujeros en un cubo o basura de gran tamaño. Puedes forrar una mosquitera dentro del balde y cerrar los huecos desde adentro para evitar que entren moscas e insectos.
Al hacer compost, se usan dos tipos de materiales, uno es verde y el otro es marrón. Los materiales verdes que proporcionan nitrógeno son; desechos de vegetales y frutas, hierbas frescas, hojas verdes, desechos de té, cáscaras de huevo; Los materiales marrones pueden consistir en ramas y cortezas, nueces, aserrín, hojas secas, agujas de pino, paja y tallos. La proporción recomendada es usar la mitad de ingredientes verdes y la mitad de ingredientes marrones. También es necesario usar hierba recién cortada y agua para acelerar el proceso de descomposición.
Hay dos tipos de compost: frío y caliente. El compost frío es un método más fácil y menos riesgoso. El compost caliente, por otro lado, es mucho más rápido, pero al mismo tiempo tiene más puntos donde puede salir mal. Ambos confían en apilar materiales verdes y marrones uno encima del otro en la proporción correcta y se aseguran de que se descompongan correctamente. Si bien puede tomar hasta un año hacer compost frío, el compost caliente tarda aproximadamente un mes en estar listo.