Ha llegado la hora de reducir el desperdicio de alimentos.
Nuestra campaña de Grundig “Respect Food” está enfocada a aprovechar la comida y salvar el planeta. Cada resto de comida tiene un efecto en el entorno y en nuestros bolsillos. Los gases de efecto invernadero producidos por el desperdicio de alimentos están acelerando el cmabio climático y el calentamiento global. Los consumidores están desperdiciando cientos, incluso miles de kg de alimentos que se pueden aprovechar. Queremos mostrarte consejos y trucos muy sencillos para reducir sus desechos y salvar así el planeta.
Nada puede compararse al sabor de un poco de queso fresco en una tostada, o un poco de camemebert fundido donde untar el pan. Tampoco hay nada más veloz que la rapidez con la que estos quesos se estropean.
Ya se trate de moho o de picaduras secas, verdaderamente nadie disfruta del queso que se echa a perder. Lee estos 7 consejos sobre cómo cuidar tus quesos más frescos.
1. Envuelve tu queso
envuelve tu queso en papel film o papel especial para queso, dependiendo de qué tipo de queso sea. Para los quesos viejos y curados, tales como el Parmigiano-Reggiano o el queso gouda más viejo, envuélvelos en papel especial para quesos y posteriormente en papel film. Los quesos semicurados como por ejemplo, el queso cheddar, quesos suizos como el emmental o el gruyere solamente necesitan ser cubiertos con una capa de papel film, que lo dejará respirarmientras lo mantiene libre de contaminación. Asegúrate de cambiar el envoltorio cada vez que lo utilizas.
2. O utiliza envases para guardarlo
Los quesos frescos o semicurados tales como el queso de cabra, el queso brie o el camembert deben ser almacenados en un envase cerrado herméticamente. Los quesos frescos como la mozzarella o la feta se recomienda se guarden en su recipiente original, pero si no es posible, usa un envase y no te olvides de cambiar el agua cada pocos días.