Las remolachas de color rojo o dorado intenso se han cultivado en todas partes, desde el antiguo Mediterráneo hasta el Monte Vernon de George Washington. En los tiempos modernos, las especies híbridas de remolacha presentan incluso rayas rojas y blancas, como una caña de azúcar. Todos los colores de la remolacha tienen el mismo sabor rico y terroso y animan el plato con sus tonos de arco iris.
Las hojas y las raíces de la remolacha están repletas de nutrientes, incluidos los antioxidantes que combaten el daño celular y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Son una de las pocas verduras que contienen betalaínas, un potente antioxidante que da a la remolacha su vibrante color. Las betalaínas reducen la inflamación y pueden ayudar a proteger contra el cáncer y otras enfermedades.