¿Alguna vez has regresado de alguno tus viajes con un tarro de miel y te has preparado unas buenas tostadas con esa miel para desayunar? Ya sea miel de flores noruegas que hayas recibido como regalo, miel de eucalipto de Australia, miel de lavanda de Francia, miel de castaño del Mar Negro o miel de flores de Hawai …
La miel hecha de árboles como el pino o el roble es diferente de la miel de flores. Contiene menos glucosa y fructosa y, por eso, su sabor no es tan dulce. La miel de árboles tiene más enzimas, aminoácidos y minerales que la miel de flores. Es rica en potasio, calcio y antioxidantes. Sin embargo, la miel de flores contiene más polen.
Lo más interesante de la miel de árboles es cómo las abejas la producen. Las abejas no la elaboran recolectando el néctar de las flores, lo hacen mediante una especie de resina que se encuentra en los troncos de los árboles. ¿De dónde viene esta resina? La miel de pino que has estado comiendo durante años, en realidad está hecha a partir de secreciones de insectos que viven en el árbol. Estos insectos se alimentan de la savia del árbol y secretan una sustancia dulce como desecho. Si te fijas, observarás que hay una sustancia parecida al algodón blanco en la superficie de los troncos de los pinos en verano, esa es la secreción de la que hablamos. Las abejas adoran esta sustancia dulce. Es por eso que hacen miel a partir de los árboles en el final del verano cuando ya no quedan muchas flores.
La miel de pino es más frecuente en la región del Egeo, especialmente en el área de Muğla en Turquía. La miel de pino es elaborada por abejas en colaboración con insectos de la especie Helenica marchalina que habitan en el pino rojo de este área, así producen una de las mieles más singulares del mundo. Otros países tienen miel de roble que también se conoce como “miel de bosque”, como por ejemplo en el Líbano, España, Portugal e incluso Alemania.
La miel de árbol es en realidad un delicioso ejemplo de reciclaje, donde las abejas reutilizan lo que los insectos han desperdiciado, el resultado es una miel de sabor increíble. Ahora, la verdadera pregunta es, ¿estamos haciendo un buen uso de este producto?
La miel no se echa a perder fácilmente, si es miel de flores natural es perfectamente normal que cristalice, pero la miel de árbol puede durar mucho más tiempo sin perder su textura o cristalizar. A continuación, encontrarás algunos consejos para hacer que dure más tiempo:
- Guárdala en un recipiente hermético.
- No la metas en la nevera. Almacénala en un armario de la cocina donde no le dé la luz solar directamente. No la mantengas cerca del horno o la encimera, y protégela del calor excesivo.
- No mezcles la miel con agua. Si estás agregando miel al té, ten cuidado de no volver a colocar la cuchara húmeda en el envase de miel. Las cucharas sucias con restos de otros alimentos pueden hacer que crezcan bacterias.
- Si recolectas miel en cada uno de tus viajes, y no tienes pensado comerla hasta dentro de un tiempo, puedes congelarla. Sin embargo, asegúrate de que quede algo de aire en la parte superior del recipiente porque la miel se puede expandir.
- Si tu miel cristaliza, baña el envase en un recipiente con agua caliente. Los cristales desaparecerán bastante rápido.
Cuando se trata de usarla en la cocina, no hay nada más delicioso que la miel sobre una rebanada de pan casero ligeramente tostada. También combina muy bien con queso. La miel de árbol no es tan dulce como la miel de flores, por lo que también es maravillosa en postres como el helado o con ensalada de frutas.
Cemre Narin es un escritor y escritor de alimentos independiente que reside en Estambul, y ha sido editor de las secciones de cocina y restaurantes de Vogue Turquía desde 2010. Ex psicólogo clínico, vivió y trabajó en los Estados Unidos y Jordania. Coautor del libro de cocina: Icindekiler (Ingredients), Presidente de la Academia en los 50 mejores restaurantes de The World, co-creador de la conferencia internacional de comida YEDI (Seven).