Aunque todos los alimentos son un regalo de la naturaleza, algunos de ellos, desgraciadamente, dañan nuestro planeta. De hecho, algunas ramas de la agricultura contribuyen significativamente al calentamiento global. Por ejemplo, la cría de animales para la alimentación contribuye más al calentamiento global que el transporte mundial. Cambiar a alimentos ecológicos siempre que sea posible puede tener un impacto drástico en la lucha contra el cambio climático. He aquí algunos datos y consejos para una dieta ecológica.
La elección de alimentos y calentamiento global
Cambiar a una dieta menos centrada en los animales
- La producción ganadera es una de las principales causas de las emisiones de gases de efecto invernadero. En concreto, el metano producido por las vacas en las erupciones y el estiércol constituye la mayor parte de la contribución del ganado. El metano es 28 veces más destructivo que el dióxido de carbono en términos de calentamiento global.
- Las investigaciones indican que la principal causa de la deforestación es la ganadería. Se destruye una gran cantidad de tierra para cultivar alimentos para el ganado (maíz o soja). Ni siquiera la selva amazónica está a salvo de la destrucción. La destrucción de la vida natural no sólo pone en peligro a las especies, sino que también provoca el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, ya que se destruyen las plantas y los árboles que absorberían los gases.
- La mayoría de los alimentos para el ganado son cultivos como la soja, el maíz y la alfalfa. Estos cultivos dependen de los fertilizantes químicos, que aumentan la emisión de óxido nitroso.
- La ganadería utiliza el 83% de la superficie agrícola mundial. Además, el 57% de la contaminación del agua y el 56% de la contaminación del aire están relacionados con la ganadería. A pesar de su enorme efecto en nuestro planeta, la ganadería sólo aporta el 18% de las calorías alimentarias y el 37% de las proteínas.
- Las investigaciones indican que la producción de carne de vacuno produce 10 veces más emisiones que la de pollo. Sin embargo, la producción de pollo es 7 veces más perjudicial en comparación con las lentejas. La producción de cordero produce 39,2 kg de emisiones de CO2 por kilo de cordero consumido, mientras que las lentejas provocan 0,9 kg de emisiones de CO2 por kilo.
Reducir los alimentos procedentes de la agricultura animal puede tener un efecto significativo en la lucha contra el cambio climático. Incluso una reducción del 30% de las carnes en las comidas supondría una extraordinaria contribución a la protección de nuestro planeta.
Estos son algunos alimentos ecológicos a los que puedes recurrir cuando sea posible: Lentejas, tomates, leche, tofu, brócoli, yogur, frutos secos, mantequilla de cacahuete, arroz y patatas. Estos alimentos no sólo son deliciosos, sino que producen 10 veces menos emisiones de CO2 en comparación con la carne de vacuno.
Algunos alimentos de origen animal tienen menos impacto en nuestro medio ambiente en comparación con otros. La producción de pollo y atún en conserva genera casi un 80% menos de emisiones de CO2 que la carne de vacuno. Del mismo modo, la carne de cerdo y el queso son un 50% más eficientes en cuanto a emisiones de CO2 en comparación con la carne de vacuno. Pero aun así, incluso estas opciones tienen una contribución significativamente mayor al calentamiento global en comparación con las verduras.
Fuentes: